La interacción de los niños con necesidades especiales con un perro, gato u otro amigo peludo, puede tener un efecto positivo en su calidada de vida, ya que muchas veces puede esto puede repercutir en una mejor recuperación. Puede cambiarles la conducta, crear un nuevo sentido de la responsabilidad e incluso ayudar a que el niño participe activamente en cualquier tratamiento. Los niños son a menudo muy confiados y por eso llegan fácilmene a intimar y a entenderse con los animales. Este lazo contribuye a que los animales actúen como co-terapeutas, es decir ayudan al terapeuta (médico, psicológo,...) a lograr mejores objetivos y de forma más rápida.
De acuerdo al escritor Odean Cusack:
“ Para alguien que no haya tenido contacto con animales es dificil entender los beneficios asociados a estos amigos peludos o con plumas”. Los animales son divertidos y con ellos uno se puede sentir muy a gusto. Poseen un buen sentido del humor y su gran despreocupación y extrovertidos espíritus nos devuelven a nuestra infancia. Estar al cuidado de una mascota refuerza nuestro sentido de la responsabilidad y nos hace seguir un programa de actividades diario. Los animales nos permiten salir de nuestras preocupaciones y nos alejan de nuestros miedos sobre el futuro. Ellos viven en el momento inmediato, y cuando interactuamos con ellos nos ayudan a disfrutar del presente con sus alegrías y particularidades”
En el caso concreto de niños en rehabilitación física, los animales pueden ser un gran estímulo a hacerlos participar en la terapia, como, por ejemplo, animándolos a que estiren el brazo para fortalecer su masa muscular, mediante acciones como cepillar o dar de comer al perro. El niño se siente más motivado y estimulado con el tratamiento, y es más fácil lograr mejorías de forma más rápida.
De acuerdo al escritor Odean Cusack:
“ Para alguien que no haya tenido contacto con animales es dificil entender los beneficios asociados a estos amigos peludos o con plumas”. Los animales son divertidos y con ellos uno se puede sentir muy a gusto. Poseen un buen sentido del humor y su gran despreocupación y extrovertidos espíritus nos devuelven a nuestra infancia. Estar al cuidado de una mascota refuerza nuestro sentido de la responsabilidad y nos hace seguir un programa de actividades diario. Los animales nos permiten salir de nuestras preocupaciones y nos alejan de nuestros miedos sobre el futuro. Ellos viven en el momento inmediato, y cuando interactuamos con ellos nos ayudan a disfrutar del presente con sus alegrías y particularidades”
En el caso concreto de niños en rehabilitación física, los animales pueden ser un gran estímulo a hacerlos participar en la terapia, como, por ejemplo, animándolos a que estiren el brazo para fortalecer su masa muscular, mediante acciones como cepillar o dar de comer al perro. El niño se siente más motivado y estimulado con el tratamiento, y es más fácil lograr mejorías de forma más rápida.